Elegir el mejor descanso para nuestras mascotas

¿Cuál es la colchoneta ideal? ¿Qué puede ocurrir si no se le proporciona una buena cama?

La cama para una mascota debe reunir una serie de características básicas que favorezcan su descanso. Una colchoneta, cesto o manta adecuada es la más indicada para su salud tanto física como psíquica... y es que en esos momentos en que nuestro perro o gato dormita -si se le respeta y no se le molesta- ayudan a formar un buen carácter en el caso de los cachorros o en aquellos ejemplares recién llegados de un centro de acogida. En el caso de los perros, estos duermen más tiempo que un humano, aproximadamente unas 14 horas al día. Un cachorro debe pasar casi el 90 por ciento del día durmiendo. Como decimos, descuidar ese aspecto puede conllevar a tener un animal irritable e incluso puede llegar a convertirse en un perro agresivo.

En cuanto al material, evidentemente debe ser confortable y adaptado al tamaño del animal... y sobre todo que sea de fácil lavado. Una recomendación es que durante los primeros días, hasta que el animal se acostumbre a estar solo o se adapte a su nuevo hogar, le deje una prenda impregnada con su olor.

Huesos y articulaciones

Los expertos aconsejan que el material de las colchonetas ha de ser algodón. Si su mascota sufre de artrosis, hay que emplear un habitáculo que no sea demasiado blando; pero si debe ser espeso. Si tiene más de una mascota, los expertos recomienda que cada una disponga de su propia cama en un lugar tranquilo , seco y no excesivamente cálido: los baños y cocinas no son los más apropiados porque reúnen todas las papeletas para que los ácaros y hongos se desarrollen mejor.

Cuando se trata de animales enfermos o ya adorables vejetes, el lugar de descanso es pieza clave para su descanso y reposo. Según veterinarios consultados, cuando perros y gatos llegan a una edad avanzada, van perdiendo parte de su masa muscular o se hace más blanda, con lo que los salientes óseos de su organismo se notan más. Es ese el momento en el que se debe sustituir su cama habitual por una más acolchada y acorde a su tamaño. Los ejemplares con displasia de cadera deben tener una cama bien acolchada, seca y a ser posible colocada cerca de una fuente de calor, sobre todo en los días fríos de invierno.